¿Quién, alguna vez, no soñó con mandar un reemplazo para dar un examen?
Bueno para el profesor japonés Hiroshi Ishiguro este sueño está bastante cerca de la realidad.
El resultado es Geminoid, un androide idéntico a su creador incluso en los más pequeños detalles. La misma altura, el mismo pelo largo, las mismas gafas, el mismo tono de piel e incluso los mismos problemas de acné.
Ishiguro asegura haberse familiarizado tanto con su doble, que a veces lo ve como una extensión de sí mismo. Su esperanza es que en el futuro podamos mandar a androides clónicos a realizar recados por nosotros e incluso asistir a citas que hemos cancelado.
Los trabajos de Ishiguro despiertan recelos entre los expertos en robótica que creen que lo éticamente correcto es fabricar robots metálicos sin formas humanas que puedan ser distinguidos claramente de nosotros y han mencionado que algún día, tal vez los robots lleguen a tener derechos. Para los detractores del científico japonés lo importante son las funciones y la ayuda que el androide puede llevar a cabo y no su aspecto.
El resultado es Geminoid, un androide idéntico a su creador incluso en los más pequeños detalles. La misma altura, el mismo pelo largo, las mismas gafas, el mismo tono de piel e incluso los mismos problemas de acné.
Ishiguro asegura haberse familiarizado tanto con su doble, que a veces lo ve como una extensión de sí mismo. Su esperanza es que en el futuro podamos mandar a androides clónicos a realizar recados por nosotros e incluso asistir a citas que hemos cancelado.
Los trabajos de Ishiguro despiertan recelos entre los expertos en robótica que creen que lo éticamente correcto es fabricar robots metálicos sin formas humanas que puedan ser distinguidos claramente de nosotros y han mencionado que algún día, tal vez los robots lleguen a tener derechos. Para los detractores del científico japonés lo importante son las funciones y la ayuda que el androide puede llevar a cabo y no su aspecto.
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